sábado, 21 de abril de 2007

AMORES NIÑOS



El instituto, mi instituto, se alzaba entonces -como hoy, aunque ha cambiado la gente que lo habita- en el corazón del parque de la Ciudadela, en Barcelona, frente a la Plaça de l'Ou, ovoide, como su propio nombre indica. Al otro lado se alza el edificio del Parlamento, como en tiempos de la República, pero cuando yo estudiaba lo que se alzaba era el Museo de Arte Moderno.

En el corazón de la plazoleta, rodeada de setos, hay un estanque, oval también, y en el corazón del estanque una estatua blanca, de una mujer desnuda, semi-yacente, que derrama sus cabellos de tal modo que le cubren el rostro. La estatua blanca es obra de Josep Llimona y se llama "El desconsòl", el desconsuelo.

Muchas horas pasé en aquella plazoleta: recreos, idas o venidas, incluso algunos domingos paseando por el parque me recogí al abrigo de sus paredes de hojas. Y tanto como las risas y los juegos, amparó alguna vez mi propio desconsuelo.

El edificio del instituto lo construyó, a mediados del s. XVIII, el ingeniero Jorge Prosper de Verboom y fue el palacio del Gobernador de la Ciudadela. Más tarde fue cuartel de Bomberos, y ya en tiempos de la Primera República lo reconvirtieron en l'Institut Escola de la Generalitat Republicana y después, en la posguerra, en instituto femenino de enseñanza media. A su lado se levanta la capilla castrense, que imagino que seguirá todavía en uso. En tiempos fue la capilla del instituto, pero después de la guerra nunca volvió a serlo.

Concebido como residencia de un gobernador militar, el edificio envolvía un gran patio interior. El edificio principal, en el centro de la fachada, tenía tres plantas y lo que nosotras llamábamos un "palomar", que no eran otra cosa que las buhardillas donde se debió alojar el servicio. la fachada continuaba a ambos lados, algo más baja, y se abría hacia atrás en "U" para, a la mitad de ambas ramas laterales, descender todavía un piso más y cerrarse, al fondo del patio, en una línea recta, baja y arriconada contra los setos.

Precisamente allí estaban situadas el aula de música a un extremo, y el aula de dibujo al otro. Las ventanas, enrejadas, daban a una minúscula calleja de tierra, semioculta tras los setos que la separaban del parque. Y allí, en aquellas ventanas, los mozalbetes se colaban más de una tarde y más de dos, a enredar con las muchachas.

Nuestro profesor de dibujo era un hombre mayor, canoso, andaluz, de quien desgraciadamente no recuerdo el nombre. No era nada severo, y supongo que entendía que a nuestra edad se tuviera la cabeza a pájaros. El aula de estudio, propiamente dicha, se abría al patio, y el aula de dibujo solo tenía acceso desde esta.

Recuerdo algunas tardes tibias, por alguna extraña razón sin clase, en la que mis compañeras acercaban el pequeño tocadiscos -pickup- del aula de música y ponían discos. El sol se colaba entre los barrotes, igual que las palabras de los chiquillos. Un pequeño guirigay de murmullos tiernos, como de tórtolas, y de rubores chiquitos. Todavía, en aquel entonces, nos ruborizábamos. Ahora ya no sé si a las niñas les suben los colores, con once o doce, o trece años, si les dicen ternuras. Tal vez ya no, aunque probablemente sí. Ojalá. Porque era hermoso el espectáculo.

No. No me miren esperando algo. A mí no me rondaba ningún niño. Ya han visto las fotos y Pedritus lo ha dicho con sinceridad. Era un coquito. No se le hubiera ocurrido a nadie. Pero soñar también soñaba, que nadie se lo impide a las chiquillas feas. Y me podían unos ojitos verdes y un flequillo pelirrojo aunque le viera charlar con la mitad de la clase sin darse cuenta siquiera de que yo estaba allí. ¡Que más daba eso! Enamorarse, por chiquito que sea el amor, no es algo que necesite devolución. Como en los partidos de balonmano, que me dejasen jugar ya era una victoria, si encima hubiese ganado... habría sido el colmo.

Hoy todavía recuerdo aquella luz dorada desparramándose entre los huecos, bañando la habitación en penumbra donde latían amores niños. Y el pequeño vinilo dando vueltas en el pickup...
"Sealed with a kiss".

El original se escribió y depositó en El Café del Foro, el miércoles, 13 de Septiembre de 2006

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