CHIVIRICOQUIIIIIIIIIIII

Todavía en la escuela, cuando ya junio se colaba pillando a mayo del borde de la enagua, y nos distraía con su luz de verano, y las moscas zumbaban contra los cristales del aula, inquietas y calientes como diminutos copos de carbón. Apenas el mes asomaba su carita rubia, subía desde la calle la canción del buhonero, pantalones de dril y alpargatas astrosas:

CHIVIRICOQUIIIII

aventaba en la tarde el pregón y los niños nos revolvíamos inquietos en los bancos de madera del aula. Una moneda no más y eras el amo del pegajoso dulce, diminuto, que formaba en hileras ordenadas sobre el tablero de madera perforado con decenas de agujeros donde se hincaba el pequeño cucurucho.

CHIVIRICOQUIIIII

¡Aquí atados, en clase, y se escapa...! ¡se escapa y no podemos correr detrás de él!

Se fruncían los hociquillos y los pies bataneaban inquietos bajo los bancos, boquitas impacientes de intuir alejarse la golosina. ¡Señor, señor, que cruz!

CHIVIRICOQUIIII

Y al fin tocaba el timbre y salía en tropel la bandada de pájaros, calcetines descolgados sobre los tobillos, carteras bamboleantes, blanquiazules batas rayadas huérfanas de botones; las coletas deshechas, los flequillos volanderos, los dedos tintos en tinta de los plumines...

CHIVIRICOQUIIII

en el pequeño barrio, a la carrera sobre los adoquines, rodeábamos al viejo intentando alcanzar con las manitas sucias el tablero, mientras él repartía aquí y allá, acullá, un cucurucho y otro, y otro, y otro más. Moneditas chiquitas, dinero de bolsillo en la bolsa de cuadritos de la merienda.

CHIVIRICOQUIIII

... se pierde en la memoria el sabor ¿a qué sabía el dulce pecadillo? algodonoso azucar de colorines, sin otro aroma que el recuerdo tibio de la canción del viejo, calle abajo, por las callejas sol y sombra de la Barceloneta.

¿Donde andas, viejo, si no en mi recuerdo? No muere tu canción donde alcanza la vista y mis manos de niña buscando el cielo en un tablero lleno de agujeros...


CHIVIRICOQUIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII


El original se escribió y depositó en El Café del Foro, el lunes, 24 de Julio de 2006