lunes, 23 de abril de 2007

MONDAY, MONDAY... DESVARÍOS.

Vamos a por otra. Veinticuatro de mayo de 2004... era otro mundo, otra ciudad, otra situación, otra yo, la misma yo que ahora pero con treinta meses menos. Toda una vida.

Monday, monday... desvaríos.


24/05/04 Llueve sobre mi ciudad. Es una cascada abundante, persistente, que rebosa por todas partes, creando pequeñas lagunas. El hi-fi está también melancólico ésta mañana: la voz del Boss cruza Streets of Philadelphia, y me transporta bajo la misma lluvia que bate feroz al otro lado de las cristaleras. Billy Holliday, Kenny Rogers, Sade... voces acariciantes, aires de adiós. La mañana se llena de country, blues, boleros y fados. Hoy tengo alma de blues... “Don’t know why / there’s no sun up in the sky / stormy wheater... / since my man and I ain’t together / it’s rainning all the time...”

No quiero dejarme arrastrar por la melancolía. Hay otra forma de mirar la lluvia: dejarse empapar por ella, llenarse de vida. A fin de cuentas, el agua de la que hoy protestamos, es la misma que nos garantiza la subsistencia, la misma por cuya llegada gimotearemos cuando agosto nos seque hasta el forro de los pulmones. Ya la quisieran para sí muchos lugares de nuestro lastimado planeta. “¡Que asco de tiempo!”, “¡Que tiempo tan malo!”. Pero bondad o maldad no son conceptos aplicables al comportamiento de la naturaleza, sino a nuestra personal percepción. Todo cuanto nos incomoda es tildado de “malo” con pocos o ningún paliativo. Es malo todo aquello que no se adapta a nuestras necesidades, nuestros deseos, nuestras exigencias; malo todo cuanto contraría nuestro mejor saber o entender, que para eso somos los amos del planeta, los reyes del mambo.

Mientras tanto la lluvia es –menuda prenda- mala, malísima, y se atreve a mojarnos con total falta de respeto y prudencia, así que en cuanto caen cuatro gotas de agua crecen en nuestras ciudades los coches como en el campo las setas, y se organizan unos colapsos circulatorios de infarto. Como para una urgencia. Lógico: tenemos asumida la falta de calidad de nuestro terno, y nos tememos que encoja o se deforme al contacto con la primera húmeda molécula. Será que conocemos el paño, Yo he tenido hoy problemas para vestirme: las costuras me apretaban y, por contra, los zapatos me venían grandes. Seguro que ha sido la lluvia pertinaz del fin de semana. Ni buena, ni mala, como tantas otras, solo lluvia: aquí se pudría una raíz y allá se hinchaba una rama con un retoño nuevo. Hubo quien, con buen tiento, se colocó su impermeable y la observó caer, disfrutando de las ventajas y sin padecer los inconvenientes, otros sacaron el paraguas y algunos aguantaron a cuerpo gentil. Servidora se empapó y acabó arrugada y encogida. El paño no termina de volver a su ser... se ve que la calidad era inferior a lo que rezaba la etiqueta. Reclamaré al fabricante.

Bonnie Tyler arguye, con su garganta áspera: “It’s a heartache... nothing but a heartache”, pero yo juraría que la cosa no es tan simple, va mucho más allá, hasta el “Total eclipse of the heart...”, ah, el amor, el amor, el amor, el amor... como tengo la cabeza tal que un saltamontes, me brinca hasta colarse en la feísima Almudena –me pregunto si valdrá para los edificios eso de “la cara es espejo del alma”-, para escuchar la Primera a los Corintios, de mi detestado San Pablo, en la voz de la abuelísima de la recién estrenada Princesa de Asturias: “si no tengo amor, de nada me sirve”. El oficio hace creíble lo que está diciendo, o tal vez es que lo dice con convencimiento. Tiene que ser eso, porque cuando lo repite un rato después PaterRouco, ese Monseñor venido a más y revestido de soberbia, las palabras suenan absolutamente huecas, aunque no menos ciertas: “si no tengo amor, nada seré”. Monseñor Rouco tiene eco, es una botija decoradísima, pero vacía por dentro, así que retumba... retumba, retumba, retuuuuuumba, porompompón: La Nada. Malo. Hay pobres de solemnidad. Por suerte de eso me escapo, yo no tengo solemnidad ni siquiera para ser pobre, porque tengo de todo, aunque sea en cantidades ínfimas. Si eso no es riqueza ya me explicarán...

Es inútil. No hay color. El Hi-Fi no ayuda. Pasión Vega saca banderas al viento lisboeta... “poemas del aire vendrán hasta aquí /lejos de Lisboa y lejos de ti / amor recordado, tristeza sin fin / Lejos de Lisboa... y lejos de ti”. Que alguien cambie la música, por todos los cielos, antes de que llene los informes de manchas. Esto no puede ser y, además, es imposible. Desbarrar un lunes por la mañana es, a todas luces, excesivo. Así que, a grandes aguas, grandes remedios. Quemaré algo. Nada como el fuego para apagar el agua. ¿No? ¿Al revés? Por favor, reveses no, nada de reveses, el cupo está a tope. Podría tirar la toalla, que moja más de lo que seca. Claro que, bien mirado, hay una lucecita parpadeante que me dice alguna cosa. Leer morse se me da fatal, tantos puntos, tantas rayas... veamos: G – L – O – R – I – A. ¡Vaya! ¡Ya lo tengo! Esa era una película, de... ?, la novia de un gangster, pero yo no tengo pinta ni de novia de gangster, ni de ?, ni de Sharon Stone...

No. No es malo que llueva de vez en cuando, pero como no pare pronto tendré que vivir dentro de un vaso. Si ha de ser así, me apunto a la del impresentable Hannover: preferiblemente whisky, que conserva mejor. La lucecita roja sigue, dale que te pego: bapuuuu, bapuuuu... la sirena de un barco, Pepito Grillo: “Gloria, saltas en el aire... te quiero Gloriaaaaa”. Ya lo tengo, ahora sí que sí: ¡el Faro de Alejandría! ¡Lo sé porque al ladito está la Biblioteca! ¡Estamos salvados! ¡Oh, Capitán, mi Capitán, terminó la espantosa travesía...!

Creo que tengo que dejar de beber agua, está visto que el agua sin aditivos me provoca delirium tremens... absolutamente tremens, y absolutamente deliriums. No veo cabezas jibarizadas, -¿será que esas solo se ven bajo Capricornio?- pero siento como si hubiesen jibarizado la mía. Soy el loro de Long John Silver. “Cinco hombres hay en el cofre del muerto.... Ho, ho, ho,.... y diez barricas de ron”. En cinco minutos voy a salir volando por la ventana... antes de que me guisen en la Posada de Jamaica.


It’s overload... oh, yeah...!


El original se escribió y depositó en El Café del Foro, el martes, 5 de Diciembre de 2006 (recuperando, a su vez, un 24 de Mayo de 2004)

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